Ayer iba a escribir mil cosas, dos mil, tenía tantas ideas en la cabeza que agarré un catálogo de cámaras de fotos y con el único lápiz que tenía lo llené de escritura para que no se me olvidaran. Lo que primero empezó como escritura después fueron dibujos, finalmente esos dibujos taparon la escritura que me iba a servir de recordatorio para escribir lo que hoydía ya se me olvidó. El catálogo quedó tirado en algún lugar de Las Condes, cerca de la casa de p3. Mejor asi supongo. En todo caso tenía algo que ver con lo insignificante que somos cuando nos ponemos en relación a otras cosas, la tierra por ejemplo o con el universo, o con una flor o una persona megafamosa como no sé, Mick Jagger, que a su vez no es nada al lado de la tierra. Los griegos decían que todo está en las relaciones y la armonía entre las partes y yo creo que tenían razón. La capacidad de perspectiva (tan valorable y tan escasa) se logra sólo y únicamente cuando tenemos concientizado el problema de las relaciones, ese que al mismo tiempo nos soluciona otros problemas, como los de equilibrio y fuerzas. Y mierda! eso es tan aplicable a todo, a la música, al arte, a la cocina, a la sociedad, al humor, al amor, a la vida en general, por sobretodo a la vida en general. No sé, me imagino un mundo tan humilde si todos asumiéramos que no somos nada, pero que en esa nada reside toda la importancia de nuestra corta (o casi infinita) existencia. Si lográramos comprender que nuestra importancia existe sólo en relación a un contexto y a un entorno, entonces nadie pretendería ocupar lugares que no le corresponden. Un mandatario es un mandatario sólo en relación a la gente que lo considere como tal, si no existe esa gente entonces no es más que un megalómano con delirios de poder.
"Polvo somos y polvo seremos" eso lo dijo un huevón que tenía claro el problema de escala. Cómo no vamos a ser polvo si se dice del universo que es infinito, como no vamos a ser polvo si se dice que Dios es más grande que el universo, como no vamos a ser polvo si por más que intentamos imitarla, la naturaleza ya lo ha solucionado todo y nosotros no hemos hecho más que inventrnos inconvenientes. Claro que somos polvo pero lo lindo de todo esto es que asi como podemos pensar en nuestra insignificancia y nimiedad, en nuestra condición de polvo, también podríamos invertir el asunto y vernos como la única respuesta a la nada y al vacío absoluto, cuánto es una particula de polvo en relación a la vacuidad misma; lo es todo, es al mismo tiempo lo más grande y lo más pequeño, lo más lindo y lo más feo. ES TODO y eso se llama fe.
En "La Montaña Sagrada" dicen cosas bellas sobre este asunto de escalas. Me di la paja de bajarme los subtítulos para releerlas. Hay 3 escenas que me llamaron la atención más por sus diálogos que por sus imágenes. En la primera aparece un inmenso buey con un buitre posado sobre su lomo y Jodorosky dándoselas de maestro dice: "Para sujetar al buey el buitre usa la misma fuerza que necesita el buey para aceptar al buitre." Problema de escala número uno, piénselo. En otra escena el mestro nuevamente le dice a los discípulos con una estrella de mar en la mano: "Concentraros en esta estrella de mar. Cuando la veais grande como un elefante...nunca perdereis el rumbo." Problema de escala número dos, piénselo. Y la tercera escena es en la que los nueve discípulos pasan por la ceremonia de la muerte y una voz en off se va en una volada que en realidad no es un problema de escala pero igual.
En el arte me ha pasado que llevo más de 3 años buscando una especie de grado cero, un arte neutro y absoluto; que no sea gestual, ni expresivo ni político ni autoreferente, que no sea nada. Es algo asi como una búsqueda por un arte (in)existencial, un arte que lo sea todo pero que no sea nada al mismo tiempo, es algo casi místico, pero totalmente racional. Málevich buscaba en su suprematismo algo parecido a un grado cero en el la práctica artística, pero sus cuadros tenían una carga simbólica y expresiva tan fuerte que para mi estaban lejos de ser algo puro. Mondrian lo mismo, el tipo era un creyente, un místico y en su experimento de horizontales y verticales se hallaba una búsqueda espiritual que hablaba más de sus inquietudes espirituales que de arte. Creo que el verdadero artista, aquél que realmente entiende que el arte al igual que la idea del vacío pierden fuerza en el sólo hecho de ser mencionadas, es quien alcanza su realización sólo cuando cesa en su búsqueda por respuestas. Es decir, aquél que realmente merece ser llamado artista es quien no hace obras. Y en ese sentido son mucho más artistas quienes viven la vida sin preocuparse de este tipo de idioteces, que nosotros que predemos 5 años de nuestras vidas dándole mil vueltas. Son mucho más artistas los peluqueros de barrio que quienes luchan en concursos del Fondart.
En "La Montaña Sagrada" dicen cosas bellas sobre este asunto de escalas. Me di la paja de bajarme los subtítulos para releerlas. Hay 3 escenas que me llamaron la atención más por sus diálogos que por sus imágenes. En la primera aparece un inmenso buey con un buitre posado sobre su lomo y Jodorosky dándoselas de maestro dice: "Para sujetar al buey el buitre usa la misma fuerza que necesita el buey para aceptar al buitre." Problema de escala número uno, piénselo. En otra escena el mestro nuevamente le dice a los discípulos con una estrella de mar en la mano: "Concentraros en esta estrella de mar. Cuando la veais grande como un elefante...nunca perdereis el rumbo." Problema de escala número dos, piénselo. Y la tercera escena es en la que los nueve discípulos pasan por la ceremonia de la muerte y una voz en off se va en una volada que en realidad no es un problema de escala pero igual.
En el arte me ha pasado que llevo más de 3 años buscando una especie de grado cero, un arte neutro y absoluto; que no sea gestual, ni expresivo ni político ni autoreferente, que no sea nada. Es algo asi como una búsqueda por un arte (in)existencial, un arte que lo sea todo pero que no sea nada al mismo tiempo, es algo casi místico, pero totalmente racional. Málevich buscaba en su suprematismo algo parecido a un grado cero en el la práctica artística, pero sus cuadros tenían una carga simbólica y expresiva tan fuerte que para mi estaban lejos de ser algo puro. Mondrian lo mismo, el tipo era un creyente, un místico y en su experimento de horizontales y verticales se hallaba una búsqueda espiritual que hablaba más de sus inquietudes espirituales que de arte. Creo que el verdadero artista, aquél que realmente entiende que el arte al igual que la idea del vacío pierden fuerza en el sólo hecho de ser mencionadas, es quien alcanza su realización sólo cuando cesa en su búsqueda por respuestas. Es decir, aquél que realmente merece ser llamado artista es quien no hace obras. Y en ese sentido son mucho más artistas quienes viven la vida sin preocuparse de este tipo de idioteces, que nosotros que predemos 5 años de nuestras vidas dándole mil vueltas. Son mucho más artistas los peluqueros de barrio que quienes luchan en concursos del Fondart.

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