La verdad es que poco sé de ética empresarial, menos de publicidad, pero este artículo que apareció en el Blog de Rodrgio Ferrari me pareció interesante por lo que paso a citarlo COMPLETO:
"Puede sonar rebuscado y comercialmente absurdo, pero el tema es el siguiente. Dove es una conocida marca de productos cosméticos y de cuidado personal, pero sobre todo de jabones. Desde 2006, esta marca realiza la campaña "for real beauty worldwide" bajo el alero de la Dove Self-Esteem Fund, con la idea de educar especialmente a las menores de edad entorno a una visión amplia de la belleza, como alternativa a los cánones que el mundo de la moda y el marketing en general se ha encargado de ensalzar. De esta manera se busca potenciar la auto estima de las menores. Hasta ahí todo bien.
El tema es que la marca Dove, pertenece a la transnacional Unilever (wiki) que, entre cientos de productos que conforman su catálogo en varias áreas de consumo, son propietarios de la conocida marca Axe, dedicada principalmente a los desodorantes para hombres. Conocida es la estrategia con la que comulga Axe, presentando a la mujer como un objeto sexual al cual hay que cazar y que responde a los estímulos que aparentemente genera la fragancia del desodorante en ellas. Sus gráficas y comerciales explotan la imagen del macho y la mujer en constante actitud erótica, mujeres que -obviamente- responden al estereotipo de belleza moderno, altas, flacas, con poca ropa, rubias o morenas despanpanantes, curvilíneas, perfectas y con harto photoshop, etc. Hasta el momento a Axe le ha ido bien.
El tema es que Unilever por una parte -a través de Dove- pretende luchar contra los moldes que justamente Axe potencia y rinde culto. Oficinas situadas a pocos metros, gerentes que quizás comen y vayan a tomarse un traguito juntos, defienden posturas tan contradictorias como comercialmente exitosas. ¿Existe o debiera existir algún tipo de conflicto ético? ¿Algo moralmente criticable en la actitud de Unilever? O en verdad el mercado no debiera entender de razones morales y consecuencia ética a la hora de llevar adelante campañas que por una parte pretenden darle un halo de responsabilidad social a una empresa que con la otra mano esparce un spray que lo único que hace es denigrar a la mujer."
"Puede sonar rebuscado y comercialmente absurdo, pero el tema es el siguiente. Dove es una conocida marca de productos cosméticos y de cuidado personal, pero sobre todo de jabones. Desde 2006, esta marca realiza la campaña "for real beauty worldwide" bajo el alero de la Dove Self-Esteem Fund, con la idea de educar especialmente a las menores de edad entorno a una visión amplia de la belleza, como alternativa a los cánones que el mundo de la moda y el marketing en general se ha encargado de ensalzar. De esta manera se busca potenciar la auto estima de las menores. Hasta ahí todo bien.
El tema es que la marca Dove, pertenece a la transnacional Unilever (wiki) que, entre cientos de productos que conforman su catálogo en varias áreas de consumo, son propietarios de la conocida marca Axe, dedicada principalmente a los desodorantes para hombres. Conocida es la estrategia con la que comulga Axe, presentando a la mujer como un objeto sexual al cual hay que cazar y que responde a los estímulos que aparentemente genera la fragancia del desodorante en ellas. Sus gráficas y comerciales explotan la imagen del macho y la mujer en constante actitud erótica, mujeres que -obviamente- responden al estereotipo de belleza moderno, altas, flacas, con poca ropa, rubias o morenas despanpanantes, curvilíneas, perfectas y con harto photoshop, etc. Hasta el momento a Axe le ha ido bien.
El tema es que Unilever por una parte -a través de Dove- pretende luchar contra los moldes que justamente Axe potencia y rinde culto. Oficinas situadas a pocos metros, gerentes que quizás comen y vayan a tomarse un traguito juntos, defienden posturas tan contradictorias como comercialmente exitosas. ¿Existe o debiera existir algún tipo de conflicto ético? ¿Algo moralmente criticable en la actitud de Unilever? O en verdad el mercado no debiera entender de razones morales y consecuencia ética a la hora de llevar adelante campañas que por una parte pretenden darle un halo de responsabilidad social a una empresa que con la otra mano esparce un spray que lo único que hace es denigrar a la mujer."
 
 

 
 
4 comentarios:
la respuesta es la siguiente:
La campaña por la belleza, de dove, es una estrategia de márketing, no un asunto de responsabilidad social. Si tomamos dicha campaña como un todo con el objetivo claro de lograr mayor venta de productos, se entenderá este supuesto "conflicto". Obviamente los de ove han hecho un acusioso estudio de mercado, gracias al cual, detectaron que las consumidoras de sus javones, generalmente se sienten atacadas por el cánon de belleza impuesto por la industria de la cosmética y la moda. Así que decidieron, en función de tenerlas contentas, darles las imágenes que querían ver.
Esto, en absoluto responde a una necesidad de dove, de cambiar real y definitivamente los cánones establecidos. Sólo hay que ver la campaña, es débil, superficial.
El título de la entrada no es dove v/s axe, sino dove+axe>$$$$
Entiendo, pero mas allà de de Dove mi pregunta es por la ètica de Unilever que envìa dos mensajes totalmente contradictorios a travès de dos de sus compañias en una actitud muy "el fin justifica los medios". Por ahi leì que era mas o menos lo que le pasa a Piñera entre sus intereses polìticos y sus intereses econòmicos.
no me gusto esta entrada, es evidente lo que esta pasando, no existe nada que controle lo incotrolable...
suerte en...nose lo que quieras y deberias poner mi flickr en tus enlaces. nos vemos.http://www.flickr.com/photos/_patineta/
A sotobosques: mi tema es si al marketing le es ajena la responsabilidad social. ¿Deberían funcionar separadamente?
Por la afirmativa, favor argumentar.
Saludos.
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